Sindrome del Nido Vacío y como afecta al Adulto Mayor

Por Rosa Campobasso
Psicóloga Clínica
Instagram:@psicocampobasso


El ser humano atraviesa por diferentes etapas en su vida, todas marcadas por los parámetros evolutivos y los socioafectivos según el entorno en el que se desarrolla.

Desde el nacimiento va cumpliendo con las normas de adaptación a su entorno socio cultural y siempre busca agruparse. En la primera infancia empieza la socialización cuando se incorpora al sistema educativo, y la búsqueda de la fraternidad, el trabajo en equipo, posteriormente la formación de una pareja y luego la llegada de los hijos. Esta progresión de hechos determina que siempre la premisa sea estar acompañados y luchar por ver crecer su propia esencia a través de su descendencia.

No se preparan para valorar y asumir la soledad y el encuentro con ellos mismos. Todo esto aunado al curso normal de la vida productiva y sus múltiples responsabilidades, hace que después que los hijos por ley de vida deben emprender su propio camino, los padres queden en el hogar conflictuados ante el silencio en la casa y el cambio repentino que se genera cuando se van a formar su propia vida y familia fuera del hogar parental.

La más afectada generalmente ante esta situación suele ser la mujer, pues en su rol de madre, cuidadora, etc, enfrenta el hecho de sentir que ya no tiene nada que hacer , y ese sentimiento sumado al de desconcierto, la incertidumbre y tristeza por el duelo de la perdida presencial del o los hijos hacen que esta caiga muchas veces en un cuadro de ansiedad y depresión que no siempre es identificado como tal. En el hombre también hay un sentimiento de vacío en este momento trascendental para la familia, pero en muchos casos por él estar más tiempo fuera del hogar por múltiples razones, su percepción de este momento suele ser menos aprensiva y dolorosa que la de las mujeres.

En muchos casos, estos sentimientos mal manejados pueden conducir a trastornos psicosomáticos en la mujer y también dificultades en el vínculo de la pareja como tal. Esto es más fuerte en los casos en que ella se dedicó a ser más madre que mujer durante su vida y al llegar este momento, aunque entienda que sus hijos deben partir y los motive a independizarse, la sensación preponderante es que ya su vida no tiene sentido, pues el nido quedó vacío.

La situación va más allá de un problema de género, de ser hombre o mujer, padre o madre. Es el hecho de aprender a reconocerse como personas y ser lo suficientemente flexibles como para replantearse un nuevo proyecto de vida, más personal y de pareja, que permita disfrutar del hecho de ser libres, para poder hacer, cada uno o en conjunto, nuevas cosas que sus obligaciones y responsabilidades como padres les impidieron hacer antes.

Tomar conciencia de que existe este síndrome y el poder ver más adentro de sí mismos, hace que puedan aceptar en caso de ser necesario, el recurrir a un especialista, psicólogo o psiquiatra, para manejar los síntomas que pudieran generarse física y emocionalmente.

Por otro lado, es bueno prepararse para este momento aprendiendo a crear espacios, solos, de pareja o con otros amigos para compartir y disfrutar de una forma activa y en bienestar., a pesar de ser un adulto mayor que ahora su principal preocupación debe ser el ocuparse de diseñar como quiere que sea su vida a partir de ese momento, reforzando hábitos que promuevan la salud integral y la calidad de vida que merecen después del arduo trabajo para formar una familia.

Por otro lado, es importante también que dentro de ese nuevo proyecto de seguir avanzando en la vida, esté el familiarizarse con las nuevas tecnologías que les permitirán estar cerca de sus hijos, aun en la distancia y aminorar la sensación de vacío en el hogar.

Psic. Rosa Campobasso